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Semana 4 - Prácticas del lenguaje

SEMANA 4

Queridos chicos :
Empezaremos un nuevo proyecto de trabajo:           
                                      


HACÉ CLICK EN EL SIGUIENTE ENLACE Y DESCARGÁ LAS ACTIVIDADES:

DESCARGAR - PROYECTO 1






Los invito a ver el video que les hice como bienvenida al nuevo proyecto



          
DÍA 14

“CUENTOS DE   AYER   Y   SIEMPRE”

(Cuando escriba en azul, serán consignas orales)

En los cuadernos celestes, en hoja nueva, van a armar la nueva carátula:

·        Tendrán que dibujar y pintar los personajes de cuentos clásicos (como los que doy de ejemplo más abajo).
·        Esta carátula nos invitará a recorrer este proyecto… ¡que esté preciosa!
·        Busquen si tienen cuentos clásicos para leer, si no tuvieran, pueden encontrar cuentos clásicos por internet.
·        En este proyecto, para trabajar oralidad, van a contar un cuento clásico… ¡vayan buscándolo y preparándolo! quiero que se filmen para poder compartirlo. (Para esto falta…)

¡A dibujar y pintar la carátula!


Escriban todo lo que trabajaremos en este proyecto.



DÍA 15

Te invito a leer el cuento tradicional EL SOLDADITO DE PLOMO.
(Puedes imprimir este cuento o leerlo desde la computadora)

El soldadito de plomo
                                           Cuento de Hans Christian Andersen

Todo comienza en la pequeña casa de una ciudad donde vivía un niño. El día de su cumpleaños, nuestro amiguito había recibido como regalo de sus padres una caja misteriosa. Lleno de curiosidad, el niño abrió la caja y descubrió en su interior quince soldaditos de plomo idénticos. Con un porte elegante, fusil al hombro, pantalones blancos y gorra azul.
El niño aplaudió con gran alegría al ver sus nuevos juguetes, y sin perder un segundo los sacó de la caja y los colocó en fila para comenzar a jugar. Sin embargo, el último de los soldaditos no era igual que el resto, pues le faltaba una pierna.  Aun así, el soldadito se mantenía firme igual que sus hermanos, y una vez que fue colocado junto al resto de los juguetes en la alacena, pudo comprobar un hermoso castillo de papel que se alzaba frente a él.
Aquel castillo era realmente deslumbrante, tenía grandes ventanas y puertas doradas, y en su interior, lo más sorprendente era una pequeña muñeca que se encontraba con los brazos en alto y una pierna recogida hacia arriba como suelen hacer las bailarinas. Al verla, el soldadito quedó completamente enamorado, y como pensó que a ella también le faltaba una pierna, decidió tomarla por esposa cuanto antes.
“He encontrado la persona perfecta para mí, y encima tiene un castillo donde podremos vivir juntos”, así pensaba el soldadito de plomo mientras contemplaba la belleza de su amada. Al arribar la noche, el niño terminó de jugar y se marchó a la cama, y en ese instante, los juguetes cobraron vida y comenzaron a caminar y a conversar en la alacena. Sin embargo, el soldadito de plomo permanecía inmóvil con la mirada fija en la muñeca bailarina. A cambio, ella también le devolvía sonrisas y en poco tiempo entablaron una hermosa amistad que hubiese durado por mucho tiempo si la envidia y la maldad no hubiesen aparecido esa noche.
Resulta que, entre los juguetes, existía además un feo payaso de plástico que no soportaba el amor que se tenían la muñeca y soldadito. A la mañana siguiente, el niño regresó a la alacena para jugar como de costumbre, pero a la hora del almuerzo, abandonó al soldadito de plomo en el borde de la ventana, y entonces, el payaso malvado aprovechó para empujar al pobre hacia la calle. Desde una gran altura, el soldadito cayó sin remedio hasta caer en el justo medio de la calle, con riesgo de que algún automóvil pasara a toda velocidad y lo aplastara.
Cuando el niño notó la ausencia del soldadito, bajó hasta la calle para encontrarlo, pero la suerte no estuvo de su lado, y aunque buscó y buscó por largo tiempo, jamás pudo encontrar a su juguete que permanecía abandonado y triste en el pavimento. Al caer la tarde, el cielo tomó un color gris, y unos cuantos segundos después, comenzó a llover tan fuerte que las calles se llenaron de agua, y fue entonces cuando el soldadito fue arrastrado por la corriente hasta alejarse de la casa y de su amada, la muñeca bailarina.
El agua de lluvia caprichosa deslizó al soldadito calle abajo, pero este apenas se movía mientras contemplaba el cielo gris sobre su cabeza. Al rato, el agua entró por una alcantarilla oscura y horrorosa, y con ella, también el soldadito. “Cómo quisiera regresar a casa y contemplar la belleza de mi amada”, pensaba nuestro amigo mientras la corriente de agua impulsaba su cuerpecito de plomo por tuberías estrechas y oscuras.
Durante algún tiempo anduvo el soldadito navegando por las alcantarillas cuando de pronto, sintió un temible sonido. La tubería por donde navegaba estaba llegando a su fin, y el agua se abalanzaba a toda velocidad hacia un inmenso canal. Sin más remedio que dejarse llevar, el soldadito fue abalanzado con fuerza hacia el exterior de la alcantarilla, y justo antes de caer en el estanque, un enorme pez saltó desde las profundidades y se lo tragó de un solo bocado.
Allí, en el estómago de aquel pez, el soldadito de plomo permaneció durante varios días, y como todo era tan oscuro, no hacía otra cosa que pensar en su querida muñeca y en sus ganas de regresar a casa. Finalmente, una buena tarde, el pez comenzó a moverse bruscamente, luego quedó inmóvil y cuando pudo notarlo, el soldadito fue capaz de ver nuevamente la luz. Unos pescadores habían pescado al pez y lo habían vendido a una sirvienta. Al llegar a casa, la señora lo abrió con un cuchillo y cuál fue su sorpresa cuando, sin poder imaginarlo, encontró dentro al querido soldadito de plomo.
Rápidamente, la sirvienta salió de la cocina y se dirigió al comedor donde aguardaban los dueños de la casa, y ¿Saben qué? Aquellas personas no eran otras que los padres del niño, y el propio niño que no pudo contener su emoción al ver que su juguete perdido había regresado milagrosamente a casa. El soldadito también se emocionó, pues su deseo se había hecho realidad. “Por fin, he regresado” – gritaba con emoción para sus adentros – “Dentro de poco podré estar nuevamente junto a mi adorada muñeca”.
Y así mismo sucedió. El niño colocó al soldadito en la alacena junto al castillo de papel, y desde una de las ventanas, unos ojos bañados en lágrimas lo contemplaban. Era la muñeca bailarina llena de alegría al ver como su amado regresaba junto a ella.
Fue en ese momento cuando una fuerte ráfaga de viento casi inexplicable abrió con fuerza la misma ventana que se encontraba esta vez cerrada, despidiendo al soldadito de plomo directo a la chimenea encendida del cuarto.
El pobre soldadito, que se derretía lentamente bajo las llamas, imaginaba sin cesar a la bailarina, y aquellos pensamientos cariñosos y alegres le disminuían el dolor. De pronto, una nueva ráfaga de viento empujó a la bailarina hacia el fuego, en un revoloteo que parecía una magnífica función de ballet.
A la mañana siguiente, apagado el fuego, el pequeño encontró un pedazo de corazón de plomo fundido, que parecía lanzar destellos de purpurina y telas de tul y seda…

                                
                                                                                  Hans Christian Andersen
 







  
  
Para copiar en el cuaderno celeste

Un cuento tradicional: El soldadito de plomo

·        Lectura silenciosa del cuento
·        Lectura en voz alta.
(Cuantas más lecturas realices del cuento, mejor lo comprenderás)

(Pueden descargar el archivo de Comprensión lectora como si fuera una ficha de trabajo o copiar)


DÍA 16




DÍA 17

Copia en el cuaderno este título

¿Qué es un cuento?

Te invito a que veas el video explicativo de… ¿Qué es un cuento?




Luego de verlo puedes descargar estas fichas o dibujarlas y copiar lo que dicen, como yo lo hice en el video.

Recuerda trabajar con prolijidad.